¡Páramologos y Páramologas tejiendo territorio¡

   
Desde mis sentires, mis ideas, la academia, las personas y todo lo que se ha cruzado en este camino quiero expresar lo que esta historia de sentimientos y pensamientos significo  y trasformo  cada paso de mi vida…
Ojala Pudiera trasmitir las sensaciones que se  viven a más de 3.000 metros de altura sobre el nivel del mar, “cuando uno se para justo en la Punta del Caracol, porque así llaman a esa montaña, y respira vida ese viento frio y abundante” un espacio de encuentro con la diversidad biológica, el alto de la montaña y sus bosques que se encuentran en el Páramo de Pisba rodeado de las lagunas más bellas, como lo es la laguna del oro, por su nombre dicen que abajo esconde las riquezas del metal dorado, que hace mucho años los colonos trataron de adueñarse, pero las campesinas y  los campesinos  del pueblo de Tasco (Boyacá) dicen que su riqueza está en sus aguas en sus vientos y su frio y multiplex espacios, donde se encuentra una de las cosas más queridas:  los frailejones, con hojas  como algodón que retienen el agua que se riega y va dejando vida  por todos los caminos de las veredas, los animales como venados, zorros, pájaros, aves , conejos entre muchos otros que solo ahí encuentran un plácido lugar para su habita.
Este territorio y sus hijos se han tejido uno a uno dúrate muchos años, recuerdo el primer momento cuando llegue a ese lugar  un 25 de febrero del 2013 por la vereda de calle arriba a unos pasos del páramo y me encontré con un campamento de cambuchos de plástico y un fogón rodeado de mujeres  pelando papa y  comadreando al sabor de la olla un sancocho de papa, arroz, yuca, cubios.  Junto a  más de 60 campesinos con ruana y botanas pantaneras que han decidido acampar y troncar la calle  en la mitad de la carretera que conecta el pueblo con el páramo, acompañados del párroco de la iglesia que traslado la misa para ese lugar, de los estudiantes del colegio y de las escuelas de las veredas, profesores y con ellos muchos jóvenes de diferentes universidades públicas  que han llegado sin ser invitados  pero muy bien recibidos para unirse  en solidaridad.
 El motivo de esta unión de ruanas es frenar una multinacional minera traída de políticas extractivas, enmarcadas en la locomotora minero-energética del gobierno del presidente Santos con su idea de desarrollo generalizado basado en el crecimiento de los bolsillos y en la sociedad del  mercado, competencia y consumo que sobrepone la inversión por encima de la vida, muy alejado lo que viven y necesitan las comunidades populares.  Y allí  esta  esa comunidad  escondida que se paraliza en resistencia para frenar esta locomotora,   es tan difícil pensar que  estos campesino como los que conocí, don Pedro con su singular sobrero  siempre nos recibe con una sonrisa igual a la de sus tres hermanos, don Mauricio es muy serio pero de una entrega total en cada acción, siempre está en movimiento a ver que sale por hacer, Don Sixto un abuelo hermoso siempre tiene algo que contar  y anda con papeles y noticias en sus manos para dar evidencia, Doña Belarmina una campesina de voz fuerte y llena de actos cariñosos juntó a su esposo don Baudilio un hombre noble, son ellos  una pareja maravillosa que trasmiten  ejemplo de unidad, compañerismo y amor que es lo que más necesitan estos procesos, Don fabril su compañera Edilma e hijos y la familia que quiero mucho Don Carlos Cely y su esposa doña Rosita mi amiga, y toda la comunidad entre niños,  niñas ,jóvenes, abuelas, abuelos y todos estos campesinos. Resulta difícil pensar que ellos podrían parar esta trasnacional  que se mueve como un pulpo muchos  pies de  pasos fuertes e intimidantes imponiendo su maquinaria, y su locomotora respaldada por la marcha de botas y uniformes verdes que respiran obediencia a esos señores de corbata que tienen la mirada azul e indiferente de no ser de aquí.
Debo admitir el sentimiento de esperanza  de orgullo y fuerza al mirar las caras de estos campesinos con  su valentía y sobretodo su convicción  de no dar un paso atrás por defender su tierra  sus territorios  de estos proyectos bestiales, que justifican una mirada desarrollista desde una perspectiva globalizada que implica  una acumulación por desposesión, agotamiento del ecosistema la internacionalización del territorio con la pérdida de soberanía.
Esto proyectos buscan dejar la tierra llena de socavones, huecos que tumben la historia de los frailejones plantas de más de 5 metros de altura con más de 300 siglos, crecen 4 centímetros por año, es hermoso imaginar toda la historia que guardan en su virtud de ser los protectores del agua, que necesitan estos campesinos y campesinas,  los guardianes del campo, que se han propuesto impedir que rompan los tejidos de comunidad y naturaleza, que ensucien las aguas, legitimando las falsas ideas de desarrollo esquivo de capital. Es difícil  imaginar las luchas y resistencias de las vidas rurales ante las políticas de un estado que subasta las riquezas naturales en un baratillo internacional.
Es allí, en este lugar, donde se entiende que la lucha por el anticolonialismo y las lógicas del desarrollo no es una historia vieja si no algo palpable que los pueblos resisten en sus trincheras, también comprendí que los actos valerosos van de pasos sigilosos y se construyen en la base con la base y para ella, se construyen con el trabajo en conjunto, con procesos educativos pero populares,  comprendí los simples detalles del día a día, cuando pasa un campesino y entrega un grano, un costalado de papá, un chocolate,  para compartir en la olla comunitaria, deja una cobija, un cuento, un chiste, un silencio compartido, una canción ojala sea una carranga para apaciguar el momento y muchas sonrisas y miradas que sirven de aliento para continuar la resistencia en la lucha.
Al escribir, retomar ideas y muchos recuerdos de ese lugar que visite por primera vez hace tres años, agradezco enseñarme que si hay una forma de construir territorio para el pueblo, que los  sucesos como estos abren espacios sociales que afloran las  resistencias sociales y que ponen en agenda nuevas luchas de los movimientos campesinos por la emancipación, que no son  iguales, son diferentes en cada espacio y territorio como lo demostró Tasco logrando atajar, como dicen ellos, a la empresa después de 29 días viviendo en un campamento, celebraron el 8 de marzo del 2013 el retiro de la maquinaria de la multinacional minera HunzaCoal que pretendía explotar aproximadamente 700.000 toneladas anules de carbón en zona de páramo, acabar con la montaña, prometer falsas expectativas de trabajo, dividir la gente, explotar, con el respaldo de instituciones del gobierno como lo es CorpoBoyacá  que regala licencias ambientales  y permisos  para que externos puedan denigrar la dignidad  y los derechos humanos y ambientales de todo un territorio e irse.
No fue fácil, pero la verdad es que los campesinos Tasqueños lograron sacar a esta empresa, “día que no se puede olvidar  la gente  despidió  la maquinaria y lo militares en medio de un festival, fue un día histórico no solo para Tasco, sino para todos aquellos que en otros lugares  tenemos esperanza”, pero de eso nació una organización de Páramologos como se hacen llamar los que saben y defienden  su páramo pero tienen presente que las cosas que vienen son mucho más  difíciles, los Tasqueños siguen firmes  ni ellos ni yo ni quienes compartimos con ellos su lucha por la defensa del agua y el páramo somos los mismos desde aquel entonces, los procesos se van tejiendo, los de afuera llegamos con ideas para trabajar en conjunto, para organizar y proponer en este camino largo y tejedor de territorio, un camino que necesita educación desde abajo, educación comunitaria, popular que demande una voluntad social descubriendo las necesidades, alcances medios y modos de lograr  un bienestar comunitario.

Y es esa apuesta por la educación  lo que hoy sigue construyendo ese territorio, y lo que hace  que nosotros,  los  que nos consideramos maestros  seamos un puente de intercambio de  saberes, apostemos en crear y recrear paro lo que Freile decía “la trasformación del mundo es por la acción del pueblo mismo, liberado atreves de la educación, y anunciar así las posibilidades de una nueva y auténtica sociedad es convulsionar ese orden anacrónico en que todavía nos movemos” (Freile, 1969) esta fue mi inspiración,  la de mis compañeros fueron otras, las de la comunidad fueron más vivenciales y de este tejido de ideas decidimos crear la escuela  comunitaria  campesina  que se realizaría un domingo cada 15 días por las diferentes veredas y que hoy siguen realizándose apostándole a educarnos para la capacidad de tener una posición crítica  permanente para en la toma de conciencia  identificar el accionar frente al modelo de desarrollo impuesto.

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